No, no lo es. Contrario a una creencia comúnmente sostenida, este conflicto no se remonta a miles de años. Sus orígenes se encuentran en el movimiento sionista, iniciado por Theodor Herzl en 1897. Este movimiento tenía como objetivo colonizar Palestina y establecer un estado colonial sionista

A pesar de su aparente complejidad, la causa raíz es bastante directa: el colonialismo de colonos y la resistencia resultante. Los intentos por retratarlo como enrevesado a menudo sirven para racionalizar acciones o políticas de otro modo injustificables. Además, la duración prolongada del conflicto y el lenguaje en evolución utilizado desde 1948 contribuyen a su percibida intrincación. Sin embargo, fundamentalmente, puede rastrearse hasta sus orígenes con décadas de contexto histórico disponible.

No, no lo es. Es principalmente una situación donde una población nativa está resistiendo al colonialismo de colonos. Este patrón no es único ni reciente; la historia está repleta de ejemplos de pueblos que se levantan contra la opresión colonial, independientemente de la religión del colonizador. Sin embargo, las luchas prolongadas a menudo presencian la adopción de tácticas diversas para justificar objetivos políticos, incluido el uso de la religión para validar el poder colonial.

Esta es una idea errónea generalizada. Contrario a la creencia popular, las Naciones Unidas carecen de la autoridad para establecer a Israel o asignarle tierras. Ni la Asamblea General ni el Consejo de Seguridad pueden imponer soluciones políticas sin el consentimiento de las partes involucradas. La ONU propuso un plan de partición no vinculante, que nunca se realizó. Israel surgió a través de la guerra y la limpieza étnica de numerosos pueblos y comunidades palestinas.

La Nakba, un término árabe que significa "catástrofe", denota el extenso desplazamiento y desposesión de palestinos por milicias sionistas entre 1947 y 1948. Aproximadamente 800,000 palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus hogares, con cientos de comunidades palestinas arrasadas. La Nakba culminó con el establecimiento del estado de Israel.

Gaza aún está ocupada militarmente. Un área se considera ocupada si el estado ocupante ejerce un "control efectivo" sobre ella. Aunque a menudo se afirma que Israel se retiró de Gaza en 2005, el asedio, la vigilancia y la tecnología de monitoreo aún permiten un control efectivo de la Franja de Gaza sin la necesidad de una fuerza de ocupación completa en el área.

Una intifada es una rebelión o levantamiento contra la opresión. Proviene de la raíz árabe que significa "sacudir". La palabra ha estado fuertemente asociada con la causa palestina y la resistencia a la tiranía, especialmente después de las protestas a gran escala, la desobediencia civil, los boicots y otras formas de resistencia contra Israel durante la Intifada de 1987 y la Intifada de Al-Aqsa de 2000. Aunque la palabra está fuertemente asociada con Palestina, su uso precede a las Intifadas palestinas. Por ejemplo, la Intifada del Pan de 1977 en Egipto.

Aunque Sudáfrica fue un ejemplo prominente de un estado de apartheid, no es la única forma que puede tomar. Según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, el crimen de apartheid se define como "actos inhumanos de carácter similar a los mencionados en el párrafo 1, cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática de un grupo racial sobre cualquier otro grupo racial o grupos y cometidos con la intención de mantener ese régimen."

Hay muchos actos inhumanos enumerados en el párrafo 1, pero los más relevantes para el contexto palestino son:

Asesinato, deportación o traslado forzado de población

Encarcelamiento y privación severa de libertad

Tortura

Persecución por motivos étnicos, religiosos o de origen nacional

Otros actos inhumanos que causen intencionalmente un gran sufrimiento o lesiones graves al cuerpo o a la salud mental o física.

Es indiscutible que Israel practica estos actos contra los palestinos, dentro y fuera de la línea verde. También es indiscutible que, como estado construido sobre una ideología colonial que privilegia a un grupo étnico sobre el resto, sus acciones están destinadas en última instancia a mantener este sistema de supremacía. B'Tselem, la mayor organización de derechos humanos de Israel, ha designado oficialmente a Israel como un estado de apartheid.

La mayor parte de los refugiados palestinos fueron creados mediante la limpieza étnica de Palestina por parte de las milicias sionistas entre 1947 y 1948 y el establecimiento subsiguiente del estado de Israel. Esta campaña de limpieza étnica tuvo lugar antes y durante la guerra de 1948, y aproximadamente 800,000 palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus hogares, y más de 530 pueblos palestinos fueron demolidos. Otra gran ola de desplazamientos y expulsiones siguió a la guerra de 1967. Israel depende del desplazamiento de estos refugiados y sus descendientes para mantenerse como una etnocracia.

Los palestinos no "abandonaron" sus aldeas tanto como fueron obligados a salir de ellas mediante diversos medios. Según Salman Abu Sitta, y basándose en una amplia gama de fuentes, la mayoría de las aldeas palestinas (54%) fueron abandonadas debido a los ataques militares de las milicias sionistas. La segunda razón más importante fue la expulsión directa por parte de las fuerzas sionistas (24%). El pánico causado por las atrocidades cometidas en otras aldeas caídas inspiró el pánico masivo que resultó en el abandono del (10%) de las aldeas. El miedo al ataque sionista resultó en el abandono de un (7%) adicional de las aldeas, mientras que un (2%) fueron abandonadas debido a campañas de terror psicológico, llamadas campañas de "susurros". Sin embargo, se debe enfatizar que las tecnicidades o razones por las cuales los refugiados se fueron son irrelevantes, ya que tienen derecho a regresar a sus hogares independientemente.

Israel impide que los refugiados palestinos regresen porque afirma que son una amenaza para la seguridad. Sin embargo, dado que Israel es una colonia de colonos construida en tierras robadas, no tenía los números de población para sostenerse. Solo podía establecerse creando nuevas realidades demográficas en el terreno, estas nuevas realidades necesitaban que aproximadamente el 80% de los palestinos en lo que hoy se considera Israel fueran limpiados étnicamente para mantener una etnocracia sionista demográficamente estable. En resumen, Israel solo puede existir porque millones de palestinos son refugiados dispersos por todo el mundo, simplemente porque no son judíos.

La expulsión de los palestinos constituye un pilar de la cuestión palestina y la revolución palestina. Los refugiados expulsados por Israel todavía languidecen en campos de refugiados simplemente por no ser judíos. Para que se materialice una solución duradera, se debe tener en cuenta la justicia. No puede haber justicia sin el derecho al retorno.

Suponer que todas las naciones árabes son cultural y lingüísticamente iguales proviene de información ignorante y racista sobre el mundo árabe. Pero lo más importante, ¿por qué deberían hacerlo? Según el derecho internacional, los refugiados tienen derecho a regresar a sus hogares y no deben ser utilizados como corderos sacrificados para que Israel pueda perseguir sus objetivos demográficos racistas y artificiales.

Por diversas razones, como la decisión de un comandante durante la guerra, o la ubicación de una aldea, o simplemente por pura casualidad, algunos palestinos no fueron limpiados étnicamente durante y después del establecimiento de Israel. Se estima que alrededor del 20% de la población palestina original permaneció mientras que el resto fue expulsado por la fuerza mediante diversos medios.

Esto no significa que la población salvada se haya aliado con las fuerzas sionistas. Por ejemplo, la ciudad de Nazaret se salvó porque el comandante sionista pensó que limpiar étnicamente una cantidad tan grande de cristianos palestinos al mismo tiempo se vería mal para Israel. Sin embargo, limpiar étnicamente aldeas cristianas y mixtas más pequeñas alrededor de Nazaret y en otros lugares estaba bien.

Se debe tener en cuenta que la destrucción de aldeas palestinas no tenía nada que ver con si participaron en la guerra de 1948 o no. Las aldeas neutrales con pactos de no agresión con el Yishuv también fueron limpiadas étnicamente.

Es crucial considerar por qué los israelíes enfatizan las "ofertas de paz" rechazadas por los palestinos sin discutir los términos reales en detalle. Cuando estos términos se examinan, queda claro que a menudo son inaceptables. Por ejemplo, incluso cuando los palestinos aceptaron las fronteras de 1967, un retorno muy limitado de refugiados y otros compromisos, no fue suficiente para Israel. Israel buscaba reducir aún más los territorios palestinos y negar una verdadera soberanía a un estado palestino. Estas propuestas simplemente formalizan el statu quo existente con cambios superficiales. Netanyahu mismo declaró que no surgiría ningún estado palestino bajo su liderazgo. Las aspiraciones palestinas están limitadas por los términos de Israel, retratando a los palestinos como rechazadores por declinar tales "oportunidades". Esta narrativa pasa por alto las contraofertas palestinas y las propuestas rechazadas por Israel a lo largo de los años.

¿Para quién y con qué propósito?

La solución de dos estados no aborda las injusticias históricas ya que parte de las fronteras previas a 1967, que son producto de la colonización de Palestina, no su causa raíz. Se enfoca en abordar los síntomas en lugar de enfrentar la causa raíz, que es el colonialismo sionista de colonos y la limpieza étnica de palestinos. En consecuencia, los palestinos deben renunciar a sus derechos sobre millones de refugiados y más del 80% de la tierra de la que fueron expulsados. Esta solución favorece en gran medida a Israel en términos de distribución de recursos, desde agua hasta tierras fértiles. En esencia, la solución de dos estados prioriza el mantenimiento de las ganancias coloniales de Israel y las aspiraciones demográficas artificiales, legitimándolas, en lugar de buscar justicia para los palestinos en cualquier forma.

El apoyo a la solución de dos estados ha disminuido con el tiempo, y hoy la mayoría de los palestinos no la respaldan. Incluso entre aquellos que lo hacen, muchos lo apoyan debido a la falta de alternativas percibidas o como un paso intermedio hacia una solución más justa. Por ejemplo, la mayoría de los estudiantes universitarios palestinos no ven la solución de dos estados como capaz de abordar la cuestión palestina de manera integral.

El sionismo es una ideología colonial y un movimiento político que aboga por el establecimiento de un estado-nación judío en Palestina con una mayoría judía. Esto requirió la opresión y expulsión de palestinos para crear condiciones para este estado, a pesar de que Palestina ya estaba habitada.

Los sionistas no fueron los primeros refugiados que buscaban refugio en Palestina; los refugiados bosnios y armenios también buscaban una vida mejor allí. Sin embargo, los colonos sionistas explotaron la hospitalidad palestina para establecer un estado colonial etnocrático a expensas de los palestinos. La convivencia nunca fue el plan; en cambio, apuntaban a ser los "propietarios de esta tierra". Incluso antes de los asentamientos sionistas físicos, Herzl discutió formas de eliminar a la población existente.

No, criticar a Israel y su ideología fundacional no equivale a odio hacia el pueblo judío. La resistencia palestina al colonialismo israelí no se basa en la religión o la etnia de los israelíes, sino en oponerse a la dominación extranjera, una lucha común entre los pueblos oprimidos en todo el mundo. Es importante distinguir entre la crítica legítima a Israel y la reprensible historia del antisemitismo en Europa. Además, muchos sionistas hoy no son judíos, y muchos antisionistas no lo son.

Si Israel es una colonia, ¿de qué es colonia?

Israel es una colonia de colonos, que difiere del colonialismo clásico en que inicialmente depende de un imperio para sobrevivir pero eventualmente puede chocar con ese patrocinador. Los colonos no solo buscan explotar los recursos, sino también establecer una nueva patria para sí mismos. En el caso de Israel, estas tierras ya estaban habitadas por palestinos antes de la llegada de los colonos sionistas.

Israel es una colonia de colonos, que difiere del colonialismo clásico en que inicialmente depende de un imperio para sobrevivir pero eventualmente puede chocar con ese patrocinador. Los colonos no solo buscan explotar los recursos, sino también establecer una nueva patria para sí mismos. En el caso de Israel, estas tierras ya estaban habitadas por palestinos antes de la llegada de los colonos sionistas.

Palestina, situada en el fértil creciente, cuenta con una rica historia agrícola que se remonta a siglos atrás. Contrariamente a la narrativa sionista, nunca fue el desierto árido a menudo representado. Los agricultores palestinos habían cultivado la tierra utilizando prácticas agrícolas ancestrales, lo que resultaba en cosechas florecientes y comunidades prósperas.

Con la llegada de los colonos sionistas a finales del siglo XIX y principios del XX, se hicieron esfuerzos para remodelar el paisaje y ocultar evidencia de la presencia palestina. Grandes extensiones de montañas fueron plantadas con pinos europeos no nativos y altamente inflamables. Esta táctica sirvió a un doble propósito: cubrir los restos de las aldeas palestinas demolidas durante la Nakba y obstaculizar el retorno de los palestinos desplazados. Este acto deliberado de ocultación tenía como objetivo borrar el patrimonio palestino de la historia y negar la existencia de comunidades indígenas.

Además, la noción de que Israel "hizo florecer el desierto" es engañosa. La mayoría de las tierras agrícolas cultivadas en la actualidad en Israel ya estaban bajo cultivo palestino antes de la limpieza étnica de 1948. Las estimaciones sugieren que en vísperas de la guerra de 1948, los palestinos cultivaban aproximadamente 2,990,000 dunams (739,750 acres) de tierra. Esta producción agrícola superaba el área total cultivada en Israel casi tres décadas después.

La percepción de la expansión del área cultivada de Israel después de 1948 es engañosa. Gran parte de esta expansión implicó la "reclamación" de tierras de cultivo pertenecientes a refugiados palestinos expulsados por la fuerza de sus hogares. Por lo tanto, el crecimiento agrícola de Israel se construyó en gran medida sobre la desposesión de la población palestina indígena.

Es crucial desafiar la representación del "desierto" como sinónimo de terreno inculto. Los beduinos palestinos tienen una larga tradición de cultivar tierras en el desierto de Naqab, empleando técnicas agrícolas tradicionales y métodos de preservación del agua. Los registros indican que ya en 1944, las tierras cultivadas por los beduinos palestinos en el desierto de Naqab solo superaban las cultivadas por toda la presencia de colonos sionistas en Palestina.

A pesar de las afirmaciones sionistas de transformar paisajes desolados en regiones agrícolas fértiles, la realidad cuenta una historia diferente. La disminución de la tierra cultivada en el desierto de Naqab desde la Nakba subraya la continuación de la desposesión y el borrado del patrimonio palestino bajo el pretexto de "desarrollo".

No, Israel es una etnocracia, un sistema político dominado por un grupo étnico específico (en este caso, los israelíes judíos). Aunque mantiene instituciones democráticas nominales, sus políticas priorizan los intereses del grupo dominante sobre la igualdad entre todos los ciudadanos.

Una de las herramientas más poderosas disponibles es el boicot económico. El régimen de apartheid de Israel depende en gran medida del comercio internacional y del apoyo económico para mantener su ocupación ilegal y sus asentamientos. Boicoteando a las empresas y productos que se benefician de este sistema, puedes influir directamente en su capacidad para mantener el statu quo. El movimiento BDS ofrece orientación sobre qué empresas evitar.

La historia ha demostrado el éxito de este enfoque, como se vio en el boicot mundial que ayudó a poner fin al apartheid en Sudáfrica. Los mismos esfuerzos sostenidos, si se llevan a cabo a escala mundial, pueden ejercer presión sobre Israel para que ponga fin a sus violaciones de los derechos humanos.

Además del boicot, es importante hacer oír tu voz. No rehúyas hablar de la realidad de Palestina, ya sea en tu comunidad, en las urnas o con tus representantes políticos. Exígeles que adopten una postura y presionen a Israel para que cumpla el derecho internacional y las normas de derechos humanos.

BDS, o el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones, es una campaña de derechos humanos no violenta iniciada por la sociedad civil palestina en 2005. Su objetivo es presionar a Israel para que cumpla con el derecho internacional y respete los derechos palestinos a través de la presión económica y otras formas de presión. BDS no aboga por una solución política específica, sino que se enfoca en los derechos humanos.

El BDS incluye a los trabajadores palestinos y a los principales sindicatos en su llamado a boicots, desinversiones y sanciones. Si bien puede haber desafíos económicos a corto plazo, los beneficios a largo plazo de una campaña de BDS exitosa los superan. La ocupación israelí y las políticas económicas ya han costado a los palestinos millones de empleos desde 2000. La crítica al BDS por dañar a los trabajadores palestinos a menudo carece de una preocupación genuina y ignora el contexto más amplio de opresión israelí.

Objetivas, sí. Neutrales, no.

Si bien estas respuestas buscan objetividad al presentar información precisa y verificable, no son neutrales. Se basan en una comprensión de la situación palestina que reconoce la opresión sistemática y la violación de los derechos humanos por parte de Israel, así como la necesidad de abordar estas injusticias de manera significativa. En lugar de mantener una posición neutral que pueda perpetuar el status quo, estas respuestas se alinean con la justicia y la igualdad para todos los involucrados en el conflicto palestino-israelí.